Aktiva

Una Política de Mantenimiento eficiente, dinámica y que aporte un valor agregado significativo al producto final, debería ser el objetivo de una organización que busca a través de ello, crecer en un mercado hiper-competitivo como el actualmente globalizado que nos toca vivir.

Los cambios no se producen solamente por aplicar estrictas normas o reglamentos como si fuesen verdades reveladas, sino deben ser utilizados como  herramientas de acción interactiva entre todos los sectores, a fin de que la creatividad proactiva (no hiperactiva) de todos los integrantes de la organización, en sus diferentes niveles de actividad y de conocimiento, sea utilizada para la mejora individual y del grupo.

Toda organización cuenta con personal que “sabe”, y otro personal que “hace”, por lo que la preocupación y ocupación de los niveles gerenciales tendría que ser prioritariamente y con una constante metodología integradora, que los que “saben hagan más y mejor” y los que “hacen sepan más y mejor”.

Es una tarea de ordenamiento de conocimientos y voluntades, pero trabajando en conjunto, aportando y volcando en el grupo las acciones y conocimientos para la mejora del equipo.

Históricamente estamos acostumbrados (o nos acostumbraron) a establecer nuestra actividad laboral, sobre una estructura carente de participación e integración de todos los involucrados en las actividades industriales, donde los límites y pautas eran fijadas solamente por la experiencia e intuición de algunos.

  Esa estructura todavía en estos tiempos existe en algunas organizaciones, donde todo el caudal de decisión pasa a través de la participación unilateral de algunos participantes. 

El resultado obtenido generalmente es paupérrimo, carente de creatividad, y no aporta mucho valor ni al producto ni al personal interviniente.

Generalmente, se utiliza el concepto que algunas personas “no saben”, y por eso se descarta su participación o no son tomadas en  cuenta sus opiniones, sin poder observar que lo que debemos hacer es capacitar e informar a esas personas, especialmente es sus debilidades o falencias, para robustecer el grupo empresarial.

Cuando hablamos sobre un proyecto, en algunos casos nuestros oyentes olvidan rápidamente lo que dijimos. Si en cambio podemos “mostrarles” el proyecto, ellos lo recordarán un poco más fácilmente, pero si en cambio logramos “integrarlos” al proyecto, ellos lo comprenderán y el resultado será altamente diferente.

Actitud no es lo mismo que Aptitud, ya que la primera indica el “querer hacer” y la segunda es “saber hacer”, pero ambas características deben ser objetivamente el horizonte empresarial, para direccionar todos los esfuerzos para que todo el personal (me gusta llamarlo grupo), cuente con las herramientas necesarias para aprovechar al máximo el recurso humano en sus actitudes y aptitudes. 

Hace algunos años en una organización me solicitaron concentrar en una frase, la calidad del producto de la empresa, y el resultado (creo que satisfactorio) fue:

Lo hacemos bien, porque sabemos cómo hacerlo

Como último aporte a éste breve comentario quisiera citar la frase de Ray Crock, fundador de Mc’ Donalds:

“Ninguno de nosotros sabe más, que todos nosotros juntos”