Breve Historia del Mantenimiento
La disciplina del Mantenimiento de activos físicos ha sido un área que ha evolucionado en gran medida a lo largo de los años.
Si nos posicionamos en la época de la posguerra, lo único que se esperaba de la función de mantenimiento era reparar los equipos cuando los mismos fallaran (mantenimiento correctivo).
Con el transcurrir de los años, las empresas se fueron dando cuenta que si detenían los activos a una cierta cantidad de horas de funcionamiento y los reparaban o reemplazaban componentes antes que fallaran (mantenimiento preventivo), los costos de dicho mantenimiento podían ser menores a los costos asociados a dejar que el equipo falle.
Luego, los mantenedores observaron que en algunos casos los equipos daban ciertos avisos (temperatura, presión, desgaste, ruidos, olores, etc.) de que estaba en un proceso hacia la falla y cuando este aviso era lo suficientemente prolongado, podían reparar el equipo antes de que falle. Con lo cual fueron definiendo inspecciones a los activos en busca de estos avisos (mantenimiento predictivo).
Actualmente, contamos con numerosas técnicas de mantenimiento (ultrasonido, termografía, análisis de aceite, inspección visual con drones, etc.), apoyadas por los avances tecnológicos, que en muchas situaciones permiten a los mantenedores anticiparse a la ocurrencia de la falla.
Expectativas crecientes
La evolución de las técnicas de mantenimiento fue acompañando a las expectativas de las empresas y la Sociedad respecto de lo que se esperaba de la función de mantenimiento en cada contexto histórico.
Poniendo devuelta como punto de inicio la época de la posguerra, la expectativa del mantenimiento era simple: reparar el equipo cuando fallara. Luego las empresas empezaron a observar más de cerca los costos y a comparar el costo de reparación vs. el costo de dejar que el equipo falle, surgiendo el concepto de la “costo-eficacia” aplicada al mantenimiento. Posteriormente, las Empresas comenzaron a evolucionar en áreas vinculadas con la calidad, medio ambiente y seguridad de las personas, incorporando los requisitos asociados a ellas a las expectativas de la función mantenimiento. Esto quiere decir que al momento de definir qué mantenimiento realizar a los activos, los mantenedores tuvieron que empezar a pensar en qué consecuencias podían tener las fallas de los activos para la calidad del producto/servicio, para la seguridad de las personas y para el medio ambiente.
Hoy en día nos encontramos en un contexto donde no sólo se le exige al mantenimiento cumplir con todos los requisitos que se desprenden de la política de la empresa, sino que existen Normativas específicas vinculadas a la Gestión de Activos, tales como la Norma ISO 55001 (requisitos para un Sistema de Gestión de Activos Físicos).
Responsabilidad legal vinculada a la Gestión de Activos
No sólo las expectativas de las empresas respecto a la función mantenimiento fue creciendo sino que también lo hicieron las expectativas de la Sociedad. Con el transcurrir de los años, y habiendo aprendido “a los golpes” por catástrofes que se fueron dando, la Sociedad fue cada vez menos tolerante a que ocurran incidentes en las empresas con efectos nocivos, principalmente para la seguridad y el medio ambiente.
Esta situación tuvo diferentes efectos: profesionalización de la función Mantenimiento en las empresas, surgimiento de Normas en base a Buenas Prácticas en la industria, necesidad de incorporación del concepto de Riesgo al momento de la definición de los planes de mantenimiento, entre otros.
En la práctica, este cambio en las expectativas de la sociedad se puede ver plasmado en diferentes casos donde ejecutivos de empresas fueron condenados legalmente ante la ocurrencia de accidentes vinculados con una deficiente gestión de los activos físicos. Por citar algunos casos:
- Tragedia de Once (Argentina, 2012)
- Choque de tren contra paragolpes de estación
- 51 muertos/789 heridos
- Una de las causas: falta de mantenimiento en formaciones y estación.
- Deepwater Horizon (Golfo de México, 2010)
- Explosión de plataforma petrolera
- 11 muertos
- 780 millones de litros petróleo crudo vertidas al océano (mayor vertido de la historia)
- Una de las causas: válvula de seguridad defectuosa (cables averiados, baterías gastadas, tubería doblada)
- Mina Upper Big Branch (USA, 2010)
- Explosión de mina de carbon
- 29 muertos
- Causa: Violación de Normas de seguridad
Con el transcurrir de los años y en función de evidencia de accidentes producidos por deficiencia en el manejo de los riesgos vinculados a la Gestión de Activos, organismos públicos de diferentes países del mundo fueron “tomando nota” de la necesidad de vincular a la gestión de activos físicos con requerimientos legales. Es así como se fueron originando Normas/Requerimientos de carácter legal (cumplimiento obligatorio) relacionados con la Gestión de Activos. Algunos ejemplos:
- UE – Industria Ferroviaria: Directiva 2004/49/C. Define la obligatoriedad de implementar un Sistema de Gestión de Activos Físicos.
- Chile – sector energía: “Reglamento de Seguridad de las Instalaciones eléctricas” obliga a las empresas a contar con un Sistema de Gestión de Activos Físicos.
Reflexión Final
Está claro que el personal que trabaja en la gestión de los activos hoy en día cuenta con un bagaje de responsabilidades que van mucho más allá del foco en la cuestión técnica de los equipos, sino que deben tener en consideración el análisis de las consecuencias que las fallas de los mismos pueden tener para las operaciones, seguridad, medio ambiente, calidad, costos, imagen de la empresa, entre otros.
Esto representa un desafío interesante y difícil en un mundo donde se siguen observando casos donde las políticas de las empresas son claras y alineadas a estos conceptos, pero cuando “las papas queman” y hay mucho dinero en juego, el personal es presionado a tomar decisiones priorizando el vil metal por sobre otras variables más críticas desde el punto de vista humano.
Seguramente el hecho de que los países se encuentren avanzando en formalizar legalmente el cumplimiento de requisitos para la operación y toma de decisiones asociadas a la gestión de activos significará una tendencia positiva para que las empresas trabajen con mejores estándares y el personal cuente con mayores herramientas para desenvolverse en el día a día.